Una ausencia inevitable
pesa en el ambiente
El café se detiene
en el borde de la taza.
No hay aroma
del otro lado del viento.
La melodía empastada de murmullos
se instala
en tu silla,
ahí, donde tu sombra dibujaba
figuras chinescas, y,
la madera cantaba viviente
bajo tu risa.
El reloj se detiene caprichoso
en la hora exacta
de tu llegada.
El instante arde y no es tuyo
Se convierte en cenizas
de un fuego
que el deseo ya no quiere
encender.
Liliana Savoia
1 comentario:
¡qué genia al pintar ese "vacío de esperas"! lo incontrovertible de la ausencia. "el instante arde y no es tuyo".
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