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"Queremos que cada palabra ilumine tu rostro, roce tu alma, te eleves y echemos juntos a volar"




ROZANDO EL ALMA: GRUPO CASIOPEA LITERARIO


miércoles, 16 de diciembre de 2009

ALEJANDRA PIZARNIK


Alejandra Pizarnik nació en Buenos Aires, el 29 de Abril de 1936, en una familia de inmigrantes de europa oriental. Estudió filosofía y letras en la Universidad de Buenos Aires y, mas tarde, pintura con Juan Batlle Planas. Entre 1960 y 1964, Pizarnik vivió en París donde trabajó para la revista "Cuadernos" y algunas editoriales francesas, publicó poemas y críticas en varios diarios, tradujo a Antonin Artaud, Henri Michaux, Aimé Cesairé, e Yves Bonnefoy, y estudió historia de la religión y literatura francesa en la Sorbona. Luego de su retorno a Buenos Aires, Pizarnik publicó tres de sus principales volúmenes, "Los trabajos y las noches", "Extracción de la piedra de locura" y "El infierno musical", así como su trabajo en prosa "La condesa sangrienta". En 1969 recibió una beca Guggenheim, y en 1971 una Fullbright. Estando en París trabajó un año para la revista Cuadernos para la liberación de la cultura como correctora de pruebas y colaboró con numerosas revistas de poesía y literatura americanas y europeas, como también con traducciones, entre otras, de Ives Bonnefoy y de Marguerite Duras.

Cuando regresó a Buenos Aires, publicó sus libros más importantes, "Los trabajos y las noches","Extracción de la piedra de la locura" y "El infierno musical". En 1968 obtuvo la beca Guggenheim y viajó brevemente a Nueva York y París. Por causa de sus continuas depresiones y tentativas de suicidio (en 1970 y 1972), pasó semirrecluida sus últimos años.Estuvo internada cinco meses en el hospital psiquiátrico Pirovano (Buenos Aires) y en un permiso para pasar el fin de semana en su casa, se quitó la vida con una sobredosis de seconal sódico. Fué el  25 de septiembre de 1972, tenía treinta y seis años de edad
Se le ha atribuido un romance con la escritora Silvina Ocampo, quien le dedicó Ejércitos de la oscuridad, que redactó en un cuaderno regalado por Pizarnik.

Libros publicados

Publicó siete libros de poemas:
* La tierra más ajena (1955)
* La última inocencia (1956)
* Las aventuras perdidas (1958)
* Árbol de Diana (1962)
* Los trabajos y las noches (1965)
* Extracción de la piedra de locura (1968)
* El infierno musical (1971)
y un libro en prosa poética:
* La Condesa Sangrienta (1966 y 1971)

POEMAS


SALVACIÓN
Se fuga la isla

Y la muchacha vuelve a escalar el viento
y a descubrir la muerte del pájaro profeta
Ahora
es el fuego sometido
Ahora
es la carne
          la hoja
          la piedra
pérdidos en la fuente del tormento
como el navegante en el horror de la civilación
que purifica la caída de la noche
Ahora
la muchacha halla la máscara del infinito
y rompe el muro de la poesía.
                              (  de La última inocencia, 1956)


CAMINOS DEL ESPEJO


I
Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.

II
Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde
filoso de la noche.

III
Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.

IV
Como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.

V
Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mí la ofrenda, el ramo que abandona
el viento en el umbral.

VI
Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste.

VII
La noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos fríos.

VIII
Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía, recuerdo.

IX
Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.

X
Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvidé.
Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.

XI
Al negro sol del silencio las palabras se doraban.

XII
Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola.
Hay alguien aquí que tiembla.

XIII
Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba yo?
Deseaba un silencio perfecto.
Por eso hablo.

XIV
La noche tiene la forma de un grito de lobo.

XV
Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy.
Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.

XVI
Mi caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie me aguardó pues al mirar quién me aguardaba
no vi otra cosa que a mí misma.

XVII
Algo caía en el silencio. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.

XVIII
Flores amarillas constelan un círculo de tierra azul. El agua tiembla llena de viento.

XIX
Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra
la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo,
he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.



CENIZAS


La noche se astilló de estrellas
mirándome alucinada
el aire arroja odio
embellecido su rostro
con música.

Pronto nos iremos

Arcano sueño
antepasado de mi sonrisa
el mundo está demacrado
y hay candado pero no llaves
y hay pavor pero no lágrimas.

¿Qué haré conmigo?

Porque a Ti te debo lo que soy

Pero no tengo mañana

Porque a Ti te...

La noche sufre.


LA CARENCIA

Yo no sé de pájaros,
no conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas.

EROS AL DESTIERRO por PATRICIA TORRES

Eros al destierro

Hoy comenzó el día como otras veces y diferente a las demás. La movilidad adormecida, los deseos flacos y la mente blanca. Una sensación extraña reinaba sobre las cosas, opacándolas, destiñendo los colores.
Las palabras perdieron significado y la esperanza no se asomó. Es mejor, pensé, si me detengo en la esperanza me sumerjo a la espera inmóvil, del que desea las cosas que tal vez no lleguen. Esperanza en espera, esperanza estática y movilizadora del motor que activa, paralelo y perpendicular a la espera.
Sin esperanza, sin deseos, con los sueños que resecos aplasté hasta triturar, me senté a llorar. Los ojos inundados, rebalsaron lágrimas que se fueron secando y quedé sin llanto, dando sepultura a un sueño, esparciendo sus cenizas en el viento.
Estoy de duelo y tan sólo permito que duela, como duele el adiós, como duele que te muerda tu perro aunque no alcance a lastimarte, como duele lo que se oculta al hablar o lo que se dice al callar.
Junto a la muerte de mi sueño también he muerto bastante, colocaré dos monedas en mis ojos para que mi alma no se escape por ellos. Me acostaré en la hoguera que alguien la encenderá.
Tal vez, el barquero resuelva llevarme… y es acá, donde la esperanza aletargada en la estéril espera del que espera y no reacciona, toma vida y no sólo espera, se pone en movimiento y desea que alguien se atreva a burlar al barquero, lo cruce a la otra orilla, para que me rescate del mundo de los muertos y me devuelva a la vida.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Hilda Hilst‏ (poeta brasileña) Reseña biográfica y algunos poemas


Hilda Hilst nace en una ciudad al interior de Sao Paulo llamada Jaú, de la que muy tempranamente tuvo que partir ya que su padre, el poeta y periodista Apolonio de Almeida, sufría de esquizofrenia y debió ser internado en una clínica en Campinas, del mismo Sao Paulo. Es en esa ciudad en donde Hilst ingresa a un internado de religiosas en el que pasa ocho años, incorporándose más tarde a la Escuela de Derecho de la Universidad de Sao Paulo. Desde muy joven, Hilda Hilst escandaliza a la alta sociedad ejecutando variadas performances e instalaciones de arte a favor del feminismo.

Sus primeros libros, "Presagio" y "Balada de Alzira" son publicados en 1950 y 1951 respectivamente y se titula de abogado en 1952. En 1957 viaja a Europa en donde se hace pasar por periodista para poder entrevistar y conocer a personajes como Marlon Brando. Ya de vuelta en Brasil publica en 1959 los libros "Escritura de la poesía del silencio" y "Trovas de amor para un muy amado señor" en los que ya aparecerán pequeños rasgos de poesía mística con tono erótico. Mientras estas publicaciones tenían lugar, Hilda Hilst disfrutaba de una intensa vida social de la cual decide alejarse tras la lectura del griego Nikos Kazantzakis, quien apela a la importancia del desapego mundano como vía para llegar al conocimiento. Así, se traslada a la parcela "Casa del Sol" junto al el escultor Dante Casarini en 1966. Hacia 1969 escribe "Poseído" y "La rata en la pared", iniciando una serie de ocho piezas teatrales.
Tras publicar numerosas obras de teatro y poesía, Hilda Hilst comienza en la década de los noventa a irrumpir en un género que ella misma denomina como pornográfico, que tiene por objetivo cuestionarse los valores sociales mediante la erotización. Esta escritora llegará a la conclusión de lo que realmente es obseno en la sociedad no es el exhibicionismo sexual, sino la guerra y el hambre que el ser humano permite; en fin, la aristocracia misma con sus propias reglas. Por ello es que edita "El cuaderno rosa de Lori Lamby" en 1990, que consiste en una alegoría erótica de la sociedad burlándose de la existencia humana. A esta le seguirán las publicaciones de "Cuentos de escarnio / Textos grotescos" (1990), "Cartas de un seductor" (1991) y "Bufonas" (1992) escritos en forma de sátira, riéndose de la presencia del capitalismo en la literatura. En el año 2001 la editorial brasileña "Globo" decide publicar la obra completa de Hilda Hilst, en la cual se incluye

"La obsena Señora D" de la cual dice: "Nadie sabe hasta hoy qué es lo obsceno. Obscena para mí es la miseria, el hambre, la crueldad. Nuestra época es obscena". A esta obra se agregarán "La muerte. Odas mínimas" y "Baladas", ambas del 2002.
Hilda Hilst muere en la tranquilidad de "Casa del Sol" en Campinas a los 73 años en el año 2004. Actualmente su obra está siendo rescatada en Hispanoamérica gracias a las traducciones hechas por el poeta chileno Leo Lobos.

OBRA:
* Presságio (1950)

* Balada de Alzira (1955)
* Balada do festival (1956)
* Roteiro do silêncio (1959)
* Ficções (1977)
* Tu não te moves de ti (1980)
* A obscena senhora D (1982)
* Cantares de perda e predileção (1983)
* Poemas malditos, gozosos e devotos (1984)
* Sobre a tua grande face (1986)
* Amavisse (1989)
* Alcoólicas (1990)
* Do desejo (1992)
* Bufólicas (1992)
* Cantares do sem nome e de partidas (1995)

POEMAS:          ¿Soy yo esta mujer que anda conmigo...?

                                               Hilda Hilst

Somos iguales a la muerte. Ignorados y puros.

Y mucho después (cuando el cansancio brote de
nuestras alas) seremos pájaros blancos
en procura de un Dios.
                                    Hilda Hilst

“DA MORTE. ODES MÍNIMAS”

XXII
No me busques ahí
Donde los vivos visitan
A los llamados muertos.
Búscame
Dentro de las grandes aguas
En las plazas
En el fuego corazón
Entre caballos, perros,
En los arrozales, en el arroyo
O junto a los pájaros
O en el reflejo
De otro alguien,
Subiendo un duro camino
Piedra, semilla, sal
Pasos de la vida. Búscame ahí.
Viva.

En: Da morte. Odes mínimas (1980)


“PRELÚDIOS-INTENSOS PARA OS DESMEMORIADOS DO AMOR”

IV

¿Qué boca ha de roer el tiempo? ¿Qué rostro
ha de llegar después del mío? ¿Cuantas veces
el tejido leve de mi soplo ha de posarse
sobre la blancura agitada de tu pecho?

¿Atravesáremos juntos las grandes espirales
la arteria extendida del silencio, el vacío
la planicie del tiempo?

Cuantas veces dirás: vida, estrella vespertina, magna-marina
y cuantas veces diré: eres mío. Y en las distendidas
tardes, de largas lunas, de madrugadas agónicas
sin poder tocarte. Cuantas veces, amor

Una nueva vertiente ha de nacer en ti
y cuantas han de morir en mí.

En: Júbilo, memória, noviciado da paixão (1974)

“VIA VAZIA”

VIII
Descansa.
El hombre ya se hizo
El oscuro ciego rabioso animal
Que pretendías.

En: Amavisse. (1989)

“DO AMOR CONTENTE E MUITO DESCONTENTE”

XVI
No es verdad.
No todo fue tierra y sexo
en mí
si soy poeta
es porque también
se hablar de amor
suavemente.

Y como nadie sé
acariciar
la cabeza de un perro
en la madrugada.

En: Roteiro do silêncio. (1959)

“DA MORTE. ODES MÍNIMAS”

V
Turgente-mínima
¿Cómo vendrás muerte mía?

Intrincada. En los nudos.
En un pasadizo de líneas.
¿Cómo vendrás?

En los caracoles, en la semilla.
En sepia, en rosa mordiente
¿Enmarcarte cómo?

Afilada
Hiriendo como las estacas
O dulcísima lamiendo

¿Cómo me tomarás?

En: Da morte odas mínimas (1980)

jueves, 3 de diciembre de 2009

BLANCA VARELA


Blanca Varela  (1926-2009)
Poeta, traductora, periodista eventual.

Nacida en el seno de una familia de escritores y artistas . En 1943, ingresa a la Universidad de San Marcos para estudiar Letras y Educación. Allí conoce a Sebastián Salazar Bondy, Javier Sologuren, Jorge Eduardo Eielson, Francisco Bendezú y de quien sería su esposo, el pintor Fernando de Szyszlo, al tiempo que comienza a asistir a la tertulia de Peña Pancho Fierro, dirigido por Alicia y Celia Bustamante. En 1949, los esposos parten rumbo a Francia. . Una vez en París conocen a Octavio Paz. En 1954, viajan a Florencia, para volver al Perú un año más tarde. Entre 1957 y 1960 se instalan en Washington, D.C., donde Varela vivirá de hacer traducciones y eventuales trabajos de periodismo. Es también en 1957 cuando Salazar Bondy y Alejandro Romualdo la incluyen en su Antología general de la poesía peruana. De 1977 a 1979 Varela es secretaria general del Centro Peruano del PEN Club Internacional, y en calidad de tal acude a los congresos de Hamburgo (1977), Estocolmo (1978) y Río de Janeiro (1979). De 1974 a 1997 representó en el Perú a la editorial mexicana Fondo de Cultura Económica. Además ha colaborado en numerosas revistas del Perú y el extranjero.

Publicó: Ese puerto existe (1959), Luz de día (1963), Valses y otras falsas confesiones (1972), Canto villano (1978), Camino a Babel – Antología (1986), Canto villano – Poesía reunida (1986), Poesía escogida 1949-1991 (1993), Del orden de las cosas (1993), Ejercicios materiales (1993), El libro de barro (1993), Canto villano (Poesía reunida, 1949-1994) (1986), Como Dios en la nada (Antología 1949-1998) (1999), Concierto animal (1999).


DESPIERTO

VIII

Despierto.
Primera isla de la conciencia:
un árbol.
El temor inventa el vuelo.
El desierto familiar me acoge.
Alguien me observa con indiferencia.


DESTIEMPO


I
Se fue el día,
las escamas del sueño giran.

Todo desciende,
la noche es el tedio.

En el desierto, a oscuras,
temerosa del amor
la ostra llora a solas.
Caen las lívidas hojas de tu frente,
Te alejas, negra burbuja sin destino.

Se abren súbitamente mil calles,
arrecifes en llamas
retienen tu cuerpo helado como una lágrima,
nada te hiere,
el coral clava su garra en tu sombra,
tu sangre se desliza, inunda praderas,
salta de las ventanas como un rojo sonido
y todo esto no es sino el otoño.


EL MAR PLIEGA LAS ALAS AL ATARDECER


VI
El mar pliega las alas al atardecer,
tú no eres sino una pálida burbuja
navegando al golpe del aliento,
un negro trino,
el sol que sale en el centro del pecho
en mitad de la calle,
un silencio en la música dura
de la ciudad sin límites.

Para atravesar ese océano,
ese golpe de luz en la siesta,
no bastaría la eternidad.


(fotografía de este poema: Ocaso de Manuel Aresti en Café del Mar)

COMPLICIDAD por GRACIELA ZECCA (poema)




Una música tenue de jazz,
despertaba la noche,
a la distancia el azul mar,
con su arrullo insaciable
embadurnaba la arena seca
borrando antiguos pasos,
vestigios de otros tiempos.
La luna imprimada, cual blanco lienzo,
me observaba,
me inspiraba a
plasmar con mis pinceles,
su mágico encanto de complicidad.
Cocinar bajo su influjo,
afrodisíacas recetas de amor,
antigüedades en libros guardadas,
hechizos, conjuros y secretos
que a la hora del amor son usadas.
Transportarme a tu lado,  soñar,
anhelar el aquí y el ahora
de nuestros cuerpos fusionados.
Hacer gruñir nuestros corazones,
y expiar gritando esa necesidad
de alimentar la carne y el alma.
Podar toda imagen irreverente,
que otros ojos etiqueten lo prohibido,
de desearte hasta la medula y vibrar
con el sentir de tus manos que
atraviesan mis valles, mis montanas,
y tu lengua retozando como serpiente,
embriagándose en mi húmedo sexo,
para detenerse triunfalmente,
en el punto exacto,
solo ese que tu conoces,
ese en el que sucumbo una y otra vez agonizando.
Imágenes paganas invaden mi mente,
llenan tu ausencia,
esclava de mi sentir y de mi placer.
La noche se disipa,
el sol alumbra un nuevo día,
despertar, encontrar
dos tazas en la mesa,
una sola siempre estará vacía,
esperando  tu regreso para llenarla,
de café, y el amor de tu compañía.

(del Libro: "Rozando el Alma")
Ilustración: "Complicidad" de Graciela Zecca

miércoles, 2 de diciembre de 2009

El guerrero y el cuervo por Graciela Zecca (microrelato)


El guerrero y el cuervo


Un joven guerrero marchó triunfante dentro de la ciudad sitiada.
Sus soldados exhibían morbosamente las cabezas de sus enemigos clavadas en las puntas de las lanzas.
Al entrar al palacio encontraron al Rey tumbado ante su trono, derrotado.
Pidió clemencia al ver que el guerrero se acercaba con su espada desenfundada para cortarle la cabeza.
Al verle los ojos comprendió que el pedido seria en vano.
Con un ágil movimiento se envolvió en su enorme capa negra convirtiéndose en un cuervo, cuyo vuelo raudo le permitió escapar de sus enemigos.
El guerrero ya no vive en paz. Desde que el hechicero del reino le vaticinó que su padre vendría por él para arrancarle los ojos.
Cerca de su morada, siempre hay un cuervo sigiloso, observando atento para llevar a cabo su cometido.

Relato ganador del 3er. puesto Concurso Literario "Claudio de Alas" realizado por el El Soneto Córdoba)