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"Queremos que cada palabra ilumine tu rostro, roce tu alma, te eleves y echemos juntos a volar"




ROZANDO EL ALMA: GRUPO CASIOPEA LITERARIO


domingo, 22 de noviembre de 2009

EDUARDO GALEANO


Eduardo Hughes Galeano nació en Montevideo, Uruguay, en 1940. Fue jefe de redacción del semanario Marcha y director del diario Época.
En Buenos Aires fundó y dirigió la revista Crisis. Vivió exiliado en Argentina y España. A principios de 1985, regresó a Uruguay.
Es autor de varios libros, traducidos a más de veinte lenguas y de una profusa obra periodística.

Libros

Bocas del tiempo (2004)
Este libro ofrece una multitud de pequeñas historias que cuentan, juntas, una sola historia. Es una travesía por los temas más diversos: el amor, la infancia, el agua, la tierra, la palabra, la imagen, la música, el éxodo, el poder, el miedo, la guerra, la indignidad, la indignación, el vuelo...
Sus protagonistas aparecen y se desvanecen para seguir viviendo, historia tras historia, en otros personajes que les dan continuidad. Tejidos por los hilos del tiempo, ellos son tiempo que dice: son bocas del tiempo.

Patas arriba. La escuela del mundo al revés (1998)
Hace ciento treinta años, después de visitar el país de las maravillas, Alicia se metió en un espejo para descubrir el mundo al revés. Si Alicia renaciera en nuestros días, no necesitaría atravesar ningún espejo: le bastaría con asomarse a la ventana. Al fin del milenio, el mundo al revés está a la vista: es el mundo tal cual es, con la izquierda a la derecha, el ombligo en la espalda y la cabeza en los pies.
Libro con grabados de José Guadalupe Posada en la editorial Siglo XXI.

Las aventuras de los jóvenes dioses (1998)

El fútbol a sol y sombra (1995)
Este libro rinde homenaje al fútbol, música del cuerpo, fiesta de los ojos, y también denuncia las estructuras de poder de uno de los negocios más lucrativos del mundo. Escribiendo este libro, el autor ha querido hacer con las manos lo que nunca pudo hacer con las piernas. Cuando era niño, Galeano quería ser jugador de fútbol, pero sólo jugaba bien, y hasta muy bien, mientras dormía.

Las palabras andantes (1993)

Ser como ellos y otros artículos (1992)

El libro de los abrazos (1989)

Nosotros decimos no (1989)
Este libro reúne los principales trabajos periodísticos que Galeano escribió a lo largo de un cuarto de siglo, entre 1963 y 1988, incluyendo también un par de discursos.

Memoria del fuego (1986)

Días y noches de amor y de guerra (1978)
Las prosas cortas que componen este libro no son prosas dispersas. Pese a que no las une ninguna trama, las une y anima un solo motivo: la necesidad de recordar los días y noches —en Guatemala, en Uruguay, en Argentina; también en Cuba, en Brasil y en todas partes adonde los exiliados fueron a dar— en que el amor y la guerra lo significaban todo. De hecho, algo más que la necesidad de la memoria es lo que entreteje a todas estas prosas, breves, precisas e inolvidables: el placer de recordar a muchos que ahora están muertos y a otros que aún están con vida. En este libro, Galeano acopia recuerdos —pavorosos muchos, tiernos otros, jocosos algunos, hermosos todos— de gente y situaciones que la máquina de muerte de las dictaduras quisiera borrar para siempre. Es un libro conmovedor, notable por dos razones: porque su tema es la tragedia de un continente y porque es una celebración de la resistencia, de la memoria y de la vida.

La canción de nosotros (1975)
Esta obra, novela o lo que sea, fue escrita en Buenos Aires en 1973 y 1974, en los primeros tiempos del exilio de su autor. Está dedicada a la ciudad de Montevideo. Fue premiada por la Casa de las Américas en 1975.
Vagamundo (1973)


Las venas abiertas de América Latina (1971)

Guatemala, país ocupado




DEL LIBRO DE LOS ABRAZOS


LA NOCHE / 1

No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta.


LA NOCHE / 2

Arránqueme, Señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desdúdeme.


LA NOCHE / 3

Yo me duermo a la orilla de una mujer: yo me duermo a la orilla de un abismo.


LA NOCHE / 4

Me desprendo del abrazo, salgo a la calle.En el cielo, ya clareando, se dibuja, finita, la luna.La luna tiene dos noches de edad.Yo, una.




jueves, 19 de noviembre de 2009

ÁNGULO LLANO por LILIANA SAVOIA


Ángulo llano

El triángulo isósceles me asusta
como todos los triángulos,
prefiero las vocales
para formar letras que describan locuras.
Andar por ahí
sin preocuparme tanto de las matemáticas,
para correr por senderos infinitos
de laberintos borgeanos adheridos a mi piel
ahora surcada por diminutos minotauros.
Eso sí,
me gustan los ángulos,
para esconderme de la rutina
cuando quiero disimular
la lejanía de las muñecas y la rayuela,
cuando los brazos se aflojan en caravana, y,
la rutina macera los días.
Después de reunir los fragmentos
me prepararé para la fiesta
sin ninguna mochila ni nada a cuestas

…………………………………………….

Seré sólo un ángulo llano cubierto de tierra

(Poesía ganadora del 2do Premio concurso 28vo. Festival Internacional de poesía en Aceval)

domingo, 15 de noviembre de 2009

POEMA SIN TÍTULO por PATRICIA TORRES

Acaricia al gato porque ronronea.
El sonido la enamora y da movimiento
a sus manos pródigas de ternuras.
Le rasca la cabeza
le pasa los dedos por su cuello
admira sus ojos chinos
y coloca un beso sobre su nariz.
Cree que el mundo entero
se sensibiliza ante ese sonido.
Supone
que sus mayores errores
residen
en la sencillez de no haber aprendido
a ronronear.


miércoles, 11 de noviembre de 2009

LA HOJA por PATRICIA TORRES


Me asomaba por tu mirador para verte crecer.
Tus cambios asombrosos mantenían mis ojos absortos, instalados en tu maduración feliz. Disfrutándome, tus dedos en continua transformación tocaban mis nervaduras haciéndolas estremecer. Me recorrías con la vista, con la piel, con la nariz.
Cuidabas no lastimarme al cerrar la ventana.
En invierno, dolorida, contemplabas mi aparente muerte, tras el cristal empañado. En primavera abrías de par en par el ventanal y observabas, con una amplia sonrisa, como yo, resurgía en los brotes.
Las mutaciones siguieron apoderándose de vos. Hace mucho tiempo que cerraste tu ventana dejándome atrapada, como en una cárcel. La muerte me encontró sola, sin tus caricias, sin tus cuidados y sin la posibilidad de saber el motivo por el cual te convertiste en indiferente.

martes, 10 de noviembre de 2009

PUNTO DE PARTIDA por MABEL E. DÍAZ



El derrumbe es inmediato,
voluntad que no alcanza,
prisioneros de una promesa,
las alas no responden,
desorientadas,
buscan sus plumas.
Sonrisas congeladas,
diálogos absurdos,
ojos que se pegan a las interminables horas.
Inquietud en los huesos,
rebelión interna,
tediosa realidad de una memoria herida

jueves, 5 de noviembre de 2009

CARILDA OLIVER LABRA ( biografía y poemas)


 Reseña biografíca

Poeta cubana nacida en Matanzas en 1924.
Estudió Derecho en la Universidad de La Habana ejerciendo la profesión en su ciudad natal, donde además dictó cursos de dibujo, pintura y escultura.
Es una de las más sobresalientes poetisas de hispanoamérica, ganadora de importantes premios literarios: Premio Nacional de Poesía en 1950, Primer Premio y Flor natural en el Certamen Nacional, ganadora del Certamen Hispanoamericano organizado por el Ateneo Americano de Washington para conmemorar el tricentenario del nacimiento de Sor Juana Inés de la Cruz, Premio Nacional de Literatura en 1997 y Premio Internacional José de Vasconcelos en el año 2002.
Entre sus obras se destacan: «Al sur de mi garganta» en 1949, «Memoria de la fiebre» en 1958, «Versos de amor» en 1963, «La ceiba me dijo tú» en 1979, «Desaparece el polvo» en 1983, «Calzada de Tirry 81» en 1987, «Se me ha perdido un hombre» en 1993 y «Libreta de la recién casada» en 1998.


ME DESORDENO, AMOR, ME DESORDENO


Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada;
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.

Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada;
me desordeno, amor, me desordeno.

Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;

y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.


SE ME HA PERDIDO UN HOMBRE

Se me ha perdido un hombre.

Y lo busco por cifras y guitarras,
por hierbas y entrepisos,
en el cielo,
en la tierra,
dentro de mí.

Se me ha perdido un hombre.

Y me quedo temblando
como quien no come sino polvo,
como quien ya extravió la sombra.


Pero no,
que no,
que no me ayudan a buscarlo.
¿A quién le importa si su mirada ha derrotado el
tiempo?
¡A quién le importa aquella piel
con ganas
de la luz?
¿A quién le importan unos labios transparentes
que no tuvieron hambre,
unas piernas que sólo corrían al amor?

Se me ha perdido un hombre.

Y todos ríen,
se entretienen,
sudan,
mastican
se desenvainan por las noches;
despreciativos,
inefables,
maromeros,
unánimes,
como si sólo se hubiese caído un alfiler
o la hoja más seca
del árbol del bien y del mal,
como si la muerte no hubiera entrado
a destiempo
en nuestra casa.

Y yo pensando que era demasiado joven,
que reunía láminas y piedras,
pedacitos de mundo,
hierros,
cosas del mar.
Yo pensando en su grandeza
de criatura,
en cómo miraba a Venus al atardecer,
en cómo cayó en la trampa.

Yo pensando
en dónde está la mitad del cuerpo mío,
en quién va a cantar ahora para quitarme el miedo,
en las veces que no nos besamos
y en las que nos besamos,
en sus ojos coléricos frente a la injusticia,
en ese silencio con que me responde,
en la herida que nunca le cosí,
en sus manos.

Se me ha perdido un hombre.

¡Ayúdenme a buscarlo!
Pronto...
Siento frío.

Aquí no hay lámparas ni claves,
no tengo redes
ni computadoras.
no tengo flechas ni radares.

¿Dónde estás?
¿Intenta ser mi sombra el desvalido?
¿Se me ha vuelto invisible entre gusanos?

 RAZÓN DEL SUEÑO


No es el modo casual con que caminas,
ni el dibujo inexacto de tu mano:
es tu ruda tristeza mal vestida
quien se pone de acuerdo con los astros.

Cansado de nacer para los ángeles,
tienes todo el dolor de la ceniza.
Alarma cotidiana de mi sangre,
pasajero rebelde de esta herida:
sucedes por adentro de mi carne
y dueles en el centro de mí misma.

EL MAR


Como en un lecho me tendí en el mar.
Hechizada por musgos y por linos
tuve acoso de brazos peregrinos
que me echaban las ondas al pasar.

Contra mi carne se batió el azar.
El agua -furia, vértigos y vinos-
se entretenía con los bordes finos
de mis caderas, blancas de esperar.

Entonces: grave, pálido, insereno,
llegaste como llega siempre el mar
y tu mirada me rompió este seno.

Ni Dios mismo nos pudo separar:
cuando una ola te volvía ajeno
entrabas en mis piernas con el mar.

lunes, 2 de noviembre de 2009

FRASE DEL DÍA


"Más vale una enemistad de buena madera, que una amistad hecha con maderas recompuestas." 
Friedrich Wilhelm Nietzche