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"Queremos que cada palabra ilumine tu rostro, roce tu alma, te eleves y echemos juntos a volar"




ROZANDO EL ALMA: GRUPO CASIOPEA LITERARIO


lunes, 29 de marzo de 2010

ECOS DE AGUA por PATRICIA TORRES


Josefina navega por ríos de espera.
No descansa en un lecho de flores ni transita senderos espinosos.
Navega por ríos turbulentos o secos, llenos de deseos quejosos.
Josefina y sus ríos, Josefina sin ríos.
Anhela en su espera constante.
El tiempo transcurre lento.
Espera las letras que no llegan, las palabras que se esconden, los sonidos que huyen
Demora su muerte.
La siente cercana.
Se detiene y queda suspendida entre expectativas gigantes y sopores fantásticos.
Una vez hizo un viaje ceñida por un sueño de agua. Se remontó a un sitio mágico de sensaciones y placer. En ese lugar el mundo adquirió parálisis. A ellos les crecieron los brazos para unirse y las bocas para besarse, la piel se les hizo fina para sentir la carne que se reconfortaba en el deseo. Derrumbaron las fronteras que les impedían alcanzar la plenitud.
Cuando intentó despojarse de las palabras tóxicas, los oídos se convirtieron en piedras.
Acumuló palabras que rugían como ecos de cataratas.
Coleccionó esperas. Siguió sin saber si estaba viva, o si había muerto ahogada por las frases que se le amontonaron en la garganta.
Josefina anhela en su espera constante mientras grita, habla sola y llora.
Josefina anhela, en su espera constante, que él aminore su marcha, saque las piedras de sus oídos y se detenga en el tiempo para escucharla.


viernes, 26 de marzo de 2010

LLUVIA DE ENERO por GRACIELA ZECCA

El maná del cielo llegó a mojarnos la piel.
Agua estancada en ardientes baldosas
que no llegan a consumirla,
ahí tentadores se exhiben los charcos,
incitándonos a saltarlos,
Uno, dos, tres… podría contar decenas
en esta vereda quebrada,
donde las raíces de los árboles se enquistaron,
para aferrarse a la tierra.

El asfalto fagocita el torrente acumulado
en los cordones.
Como un río inquieto arremolina el agua,
la mece, la bambolea.
Mis pisadas tratan de sortearla,
corren, saltan, patinan,
y esos charcos que me inducen
a bañar las plantas de los pies en ellos.

La piel absorbe la mágica sensación
de una frescura casi regalada en una febril
tarde de enero.
Sólo para aliviar sudorosas espaldas,
que se contentan con esta tormenta de verano.
Mañana el sol volverá a brillar en lo alto,
el agua evaporada subirá al cielo,
para volver a rogar una y otra vez
que derrame sus lágrimas,
para seguir transitando el agobio de una estación
que ya no disfruto como antes.

viernes, 19 de marzo de 2010

INFORMACION IMPORTANTE

INFORMAMOS A NUESTROS COMPAÑEROS, AMIGOS Y LECTORES DEL BLOG, QUE LA SRA. LILIANA MABEL SAVOIA POR MOTIVOS PERSONALES HA DEJADO DE PERTENECER AL GRUPO CASIOPEA.
AUGURAMOS A NUESTRA EX COMPAÑERA UN CAMINO DE EXITOS EN SU NUEVO PROYECTO JUNTO A SU NUEVO GRUPO DE TRABAJO.
SUERTE!

viernes, 5 de marzo de 2010

SUSANA MARCH - Biografía - Obra- Poemas

 BIOGRAFIA:
Susana March
Poeta española nacida en Alcalá el 28 de enero de 1918. Desde muy pequeña se inició en la poesía y al cumplir los 14 años publicó su primer libro . En 1946 lanzó su obra «Ardiente voz» que la consagró definitivamente como una de las grandes poetisas de España. Casi toda su obra es un canto al íntimo objeto del deseo y una sentida invitación al hombre para que cumpla su función de varón; sin embargo, en una de sus obras, «Esta mujer que soy», emplea un aguda crítica a la burguesía contemporánea.Entre sus libros de poesía se destacan «Rutas»1938, «La pasión desvelada» 1946, «El viento» 1951, «La tristeza» 1953, «Los poemas del hijo» 1970 y «Poemas de la Plaza Real» 1987. Falleció en 1991.


Iniciada en la poesía desde muy joven, logra su consagración definitiva en 1946 cuando publica Ardiente voz. Los principales temas de su posía son un cato al deseo y una llamada al varón para que la complemente. Se apartó de este tema en su obra Esta mujer que soy de 1959 en la que crítica a la burguesía de su época.
Se casó con el escritor Ricardo Fernández de la Reguera, y juntos realizaron la difícil labor de continuar los espisodios nacionales de Benito Pérez Galdós, publicando los Episodios Nacionales Contemporáneos


Pasión 
¡Este oleaje denso de la sangre,
marca oscura y terrible!
No amor. Ansia de besar la tierra,
los árboles, el aire.                                                                              
Acaríciame...
Soy una música callada,
misteriosa y bellísima.
Acaríciame....
El mundo se llenará de sonidos vibrantes,
de un hondo rumor de caracolas.
¡Ah, esta sed! no quiero más
que morirme,
dejar mi cuerpo atrás, destruido, harapiento.
¡No quiero más que morirme!
¿Qué es una mujer desnuda?
Una ola, un bloque de mármol,
un puñado de tierra,
un cráter para mirar el infierno.


La pasión desvelada
Dame tu voz antigua en cuyo acento escucho
el rumor de los bosques primitivos,
el canto misterioso de los seres selváticos,
el grito  de agonía
de la primera virgen violada.                                              
Dame tu voz antigua donde yo reconozco
mi propia voz extinguida,
aquella que cantaba hace milenios
en las frondosas selvas sin historia,
aquella que sonaba en el murmullo
de las límpidas fuentes intocadas.
Yo fui una gota de agua,
o un pájaro aturdido cruzando el aire nuevo
de la aurora del mundo;
acaso un pez de oro sobre cuyas escamas
probó el sol la dorada destreza de sus rayos.
Mas era ya la misma doliente criatura
que ahora soy, consumida de sueños y tristezas,
en el ardiente caos del Paraíso,
con los ojos abiertos al secreto de Dios.
Es tu voz el puente por donde regreso,
milenios y milenios traspasando,
a mi libre existencia de agua fresca,
de verde candidez. Mi carne gime
escuchando tu voz como si oyera
la llamada lejana y misteriosa
de las tribus sin nombre. Rituales
de sangre y fuego en el brutal nocturno,
aullidos fugitivos y, en la hierba,
mi cuerpo -¿de mujer?, ¿de reptil?, ¿de insecto?-
hollado por la bárbara dulzura
de la pasión del mundo.


 La tristeza

No es el dolor de los amores incumplidos
ni los ideales deshechos.
No es tan siquiera la melancolía
de envejecer.
Es algo más tremendo y más grande,
algo que crece dentro de mÍ,
tal vez en el tuétano de los huesos
y que, acaso, se llame vida.
Porque vivir es triste:
vivir es una daga que se lleva clavada en la sangre.
Me duele abrir los ojos todas las mañanas                                                     
y encararme con las cosas que conozco y no entiendo.

Me duele dormirme todas las noches
y no haberme respondido a nada.
¡Porque nada tiene respuesta!
He dado un hijo al mundo
y este hijo me pesa en la conciencia,
porque lo he creado para la muerte y el dolor.
Sus jóvenes miembros perecerán un día,
se secará su risa
como las viejas fuentes de la montaña.
¡Un cuerpo tan hermoso, un corazón tan puro!

No puedo sentir conformidad.
Hay en mi corazón un rebelde brote que me aflige.
¡Llámense dichosos ellos! Yo no.
Cuando hundo el rostro entre las manos,
no lloro por un dolor concreto.
La voz humana no podrá consolarme jamás
porque ignora la palabra justa.
Tal vez Dios la pronunciará algún día. Dirá:
                                                   "Levántate".
Y yo ascenderé hasta el límite del hombre,
más allá de sus pasiones sencillas y bárbaras.
Ascenderé hasta el ángel y la estrella,
hasta la celeste sandalia del Creador.
Y sentiré en mi pecho la resurrección
de los antiguos privilegios humanos;
el privilegio de la ternura y de la paz,
de la piedad y de la alegría.
Porque yo sólo he contemplado en torno mío
odios y guerras fratricidas,
hipócritas mendigos que cubren sus harapos
con regios mantos de virtud,
niños hambrientos y descalzos,
prostitutas;
hombres enriquecidos en criminal comercio,
¡miseria en todas partes!
siglo amargo mi siglo para gozar del mundo,
amar la primavera,
vestir los blancos ropajes de la felicidad.
¡Un luto eterno bajo la piel!
Un luto eterno
para los que murieron torturados
en las guerras,
para los que perdieron sus hijos y su hogar,
para los desterrados y los tristes
que todavía no han hallado el camino del regreso.




Deseo
Ayúdame.
Estoy                                                        
ciega.
Mi sed
me ciega.
Cúbreme.
Estoy desnuda.
Abre
las puertas
de mi reino.
Esclavo mío,
asume
tu importancia,
dame
tu ley.
Exijo
tu fuerza.
¡Ámame!
La tierra,
el viento,
el fuego,
el mar
con su oleaje....
¿Qué importa,
di,
qué importa?
Me bebo el Universo
en tus labios,
amante.

martes, 2 de marzo de 2010

VERÓNICA VOLKOW ( Biografía- su Obra- Poemas)


Verónica Volkow ha publicado varios libros de poesía: La Sibila de Cumas , México, Martín Pescador, 1974; Litoral de tinta , México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1979; El inicio , México, Municipio Popular de Juchitán, 1983; Los caminos, México, Ediciones Toledo, 1989. Arcanos , México, 1996, Colección Práctica Mortal. Oro del viento Editorial Era, 2003, libro ganador del Premio de Poesía Pellicer .


Escribió también Sudáfrica; diario de un viaje, México, Siglo XXI, 1988, una crónica sobre la vida cotidiana en el apartheid.   En crítica de artes plásticas tiene   La mordedura de la risa un estudio sobre la obra gráfica de Francisco Toledo en  México, Editorial Aldus, 1995, por aparecer en el FCE.

Su último libro de narrativa es La noche viuda, FCE, 2004.
Es doctora en letras, profesora universitaria y ha sido tutora de la Fundación para las Letras Mexicanas. Actualmente becaria del sistema Nacional de creadores por tres años   Recibió en 2005 el premio José Revueltas de Ensayo literario por el texto El retrato de Jorge Cuesta de próxima aparición en Siglo XXI.

 POEMAS

JARDIN     

Hay en mi jardín rosas que deshojan
un corazón abierto al descampado.
Así es la flor,
su desnudez es magia.
Le pido a la rosa me guarde,
en la fragilidad, secretos dones
y a la espina me otorgue la humildad
y sus manos precisas.

Pido un techo que no tape, que recuerde
                                                       al cielo
y una ciudad que es nueva siempre
porque no agota sus caminos,
y le pido al río su fluir,
su muerte en el instante
que también es vuelo.

LABERINTO

Con mi vida escribo
la huella de una estrella,
un laberinto que encendida ando.
Sumergida en la sombra
mirada plena,


Hay un vuelo que abre
la luz en lo interno
un caminar sensible,
y cuidado
del corazón despierto.


EL INICIO

Estás desnudo
y tu suavidad es inmensa
tiemblas en mis dedos
tu respiración vuela adentro de tu cuerpo

eres
como un pájaro en mis manos
vulnerable
como sólo el deseo podría hacerte vulnerable
ese dolor tan suave con el que nos tocamos
esa entrega en la que conocemos
el abandono de las víctimas

el placer como una fauce
nos lame nos devora
y nuestros ojos se apagan
se pierden

Pudor


Como un relámpago eres

desnudo


piel esquiva de un profundo fuego.




Desmedido capullo de alas

no puedo mirarte,


recién inventado el tigre está en ti,


un tigre en blanco.


Flor humana


con la poderosa belleza


de cada uno de los músculos.