El portador se guiaba por los caminos del bosque sólo por sus instintos. Era una sombra recortada en la luz igual o iguales a los muros blancos del tiempo.
Un rictus en sus labios insinuaba una esperanza. Crecía cada vez más su aislamiento huérfano de palabras y sonidos. Llegó a un espacio enorme, como su tristeza, y en el centro creyó ver entre las cataratas de sus ojos la mujer a quien buscaba , sin embargo al llegar a la silueta, comprobó que era una muñeca desarticulada. Sus brazos cargadas de ilusiones cayeron a los lados de su cuerpo como si también él fuera un personaje de fantasía.
2 comentarios:
Mucha esperanza, melancolía y la esperanza que se va perdiendo en el bosque
Una búsqueda infructuosa del amor dicho con mucha poesía.
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