SILVINA OCAMPO
Diálogos
Te hablaba del jarrón azul de loza,
de un libro que me habían regalado,
de las Islas Niponas, de un ahorcado,
te hablaba, qué sé yo, de cualquier cosa.
Me hablabas de los pampas grass con plumas,
de un pueblo donde no quedaba gente,
de las vías cruzadas por un puente,
de la crueldad de los que matan pumas.
Te hablaba de una larga cabalgata,
de los baños de mar, de las alturas,
de alguna flor, de algunas escrituras,
de un ojo en un exvoto de hojalata.
Me hablabas de una fábrica de espejos,
de las calles más íntimas de Almagro,
de muertes, de la muerte de Meleagro.
No sé por qué nos íbamos tan lejos.
Temíamos caer violentamente
en el silencio como en un abismo
y nos mirábamos con laconismo
como armados guerreros frente a frente.
Y mientras proseguían los catálogos
de largas, toscas enumeraciones,
hablábamos con muchas perfecciones
no sé en qué aviesos, simultáneos diálogos.
A VECES TE CONTEMPLO EN UNA RAMA
A veces te contemplo en una rama,
en una forma, a veces horrorosa,
en la noche, en el barro, en cualquier cosa,
mi corazón entero arde en tu llama.
Y sé que el cielo entre tus labios me ama,
que el aire forma tu perfil de diosa
de oro y de piedra, sola y orgullosa,
que nadie existirá si no te llama.
Entre tus manos quedaré indefensa,
no viviré si no es para buscarte
y cruzaré el dolor para adorarte,
pues siempre me darás tu recompensa,
que es mucho más de lo que te he pedido
y casi todo lo que habré querido.
AL RENCOR
No vengas, te conjuro, con tus piedras;
con tu vetusto horror con tu consejo;
con tu escudo brillante con tu espejo;
con tu verdor insólito de hiedras.
En aquel árbol la torcaza es mía;
no cubras con tus gritos su canción;
me conmueve, me llega al corazón,
repudia el mármol de tu mano fría.
Te reconozco siempre. No, no vengas.
Prometí no mirar tu aviesa cara
cada vez que lloré sola en tu avara
desolación. Y si de mí te vengas,
que épica sea al menos tu venganza
y no cobarde, oscura, impenitente,
agazapada en cada sombra ausente,
fingiendo que jamás hiere tu lanza.
Entre rosas, jazmines que envenenas,
¿por qué no te ultimé yo en mi otra vida?
Haz brotar sangre al menos de mi herida,
que estoy cansada de morir apenas.
CASTIGO
Transformará Minerva tus cabellos
en serpientes y un día al contemplarte
como en un templo oscuro, con destellos,
seré de piedra, para amarte.
El Perro Okinamaro
A Sei Shonagon
(que vivió en el siglo XI A.C)
Él, que paseaba un día coronado
de flores de durazno y de cerezo,
el triste Okinamaro como un preso
a la isla de los perros fue expulsado.
Cuando volvió al palacio oscuro, herido,
lo llamaste, pero él no te miró,
y nadie, nadie lo reconoció,
mas era él mismo, él mismo destituido.
Y lo reconociste en el momento
en que lloró a tus pies y que lo viste
desfigurado, sucio, hinchado y triste,
y lloraste con él su sentimiento
BIOGRAFÌA
Silvina Inocencia Ocampo Aguirre nació en Buenos Aires el 28 de julio de 1903, en la casa de la calle Viamonte 550, como la menor de las seis hijas de Manuel Silvio Cecilio Ocampo y Ramona Aguirre Herrera (Victoria, Angélica, Francisca, Rosa, Clara Maria y Silvina). En su juventud estudió dibujo en París con Giorgio de Chirico y Fernand Léger. Entre su amigos famosos figuraba el escritor italiano Italo Calvino, quien prologó sus cuentos.
Poetisa, narradora y traductora, sus inicios en la literatura están ligados a la influencia de su hermana Victoria, fundadora de la revista Sur, y a la del escritor Adolfo Bioy Casares, al que conoció en el año 1933 y contraería matrimonio en 1940 y cuya hija ilegítima, Marta Bioy Ocampo (1954-1994), adoptaría. Su primera publicación profesional fue el libro de cuentos Viaje olvidado (1937), algo menospreciado en su época pero reivindicado en el ámbito académico después de su muerte.
En 1954 recibió el Premio Municipal de Literatura por su poemario Espacios métricos; en 1962, el Premio Nacional de Poesía por Lo amargo por dulce y en 1988 el Premio del Club de los 13 por Cornelia frente al espejo, su última antología de cuentos.
Su vasta producción, que va más allá de lo publicado, se vio interrumpida tres años antes de su muerte el 14 de diciembre de 1994 en Buenos Aires a causa de una enfermedad progresiva que la tuvo postrada durante varios años. Fue sepultada en la cripta familiar del cementerio de la Recoleta donde reposan también los restos de su hermana Victoria. No muy lejos se encuentra también la tumba de su esposo.
Obra narrativa
La obra de Silvina Ocampo es reconocida principalmente por su inagotable imaginación y su aguda atención por las inflexiones el lenguaje. Dueña de un lenguaje cultivado que sirve de soporte a sus retorcidas invenciones, Silvina disfraza su escritura con la inocencia de un niño para nombrar, ya sea con sorpresa o con indiferencia, la ruptura en lo cotidiano que instala la mayoría de sus relatos en el territorio de lo fantástico.
Esta habilidad lingüística se advierte temprano en su colección de cuentos Viaje Olvidado (1937), influida por el nonsense literario de Lewis Carroll, Katherine Mansfield y seguramente por el surrealismo que mamó de sus maestros pictóricos. El título del libro se refiere al cuento homónimo en que una niñita intenta recordar el momento de su nacimiento, logrando su autora un tejido de imaginación pura sobre la base de una típica duda infantil.
Si los relatos de este volumen parecían más bien miniaturas o pequeños pantallazos de la memoria deformados por la imaginación, sus siguientes colecciones (Autobiografía de Irene, y muy especialmente La furia o Los días de la noche) conservan un poco más la estructura tradicional del cuento y muestran a la Silvina Ocampo más prototípica. Metamorfosis, ironía, figuras persecutorias, humor negro, y el reinado imperante del oxímoron y de la sinestesia marcan esta serie de relatos donde aparecen incesantes galerías de personajes y contextos dominadas por pasillos y patios de grandes caserones así como por la enigmática presencia de niños ligados al horror y la crueldad como víctimas o victimarios, según la ocasión.
Obra poética
Su labor poética estuvo dominada en un principio por los metros clásicos y por rimas inocentes, muchas veces dedicadas a la descripción y exaltación de la belleza de elementos naturales como las plantas (confesa pasión de la escritora) como se puede apreciar en Espacios métricos o en Los sonetos del jardín que tras el poemario Enumeración de la patria siguieron a Viaje Olvidado. Sin embargo posteriores poemarios como Los nombres, Lo amargo por dulce o Amarillo celeste muestran un verso más elaborado y a la vez desinteresado por el clasicismo.
Con Espacios métricos, publicado en 1942 por la editorial Sur, obtuvo el Premio municipal en 1954. Obtuvo el Segundo Premio Nacional de poesía por Los nombres en 1953 y volvió a obtener una distinción en 1962 por Lo amargo por dulce, el Premio Nacional de poesía.
En colaboración con Adolfo Bioy Casares publicó la novela policíaca Los que aman, odian, en 1946 y con Juan Rodolfo Wilcock la obra de teatro Los Traidores, en 1956. Publicó en colaboración con Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, la célebre Antología de la literatura fantástica, en 1940, y la Antología poética argentina, en 1941.
En los últimos años el ámbito académico argentino ha redescubierto a Silvina Ocampo, no muy leída ni apreciada en vida, coincidiendo con la publicación de algunas obras inéditas en recopilaciones como Las repeticiones y otros cuentos (2006) o Ejércitos de la oscuridad (2008).
Cuentos
Viaje Olvidado, Buenos Aires, Sur, 1937.
Autobiografía de Irene (cuentos), Buenos Aires, Sur, 1948.
El pecado mortal (antología de relatos), Buenos Aires, Eudeba, 1966.
Los días de la noche (cuentos), Buenos Aires, Sudamericana,1970.
Informe del cielo y del infierno (antología de relatos), con prólogo de Edgardo Cozarinsky, Caracas, Monte Ávila, 1970
La furia (cuentos, género fantástico), Buenos Aires, Sur, 1959. Reeditado en Orión, 1976.
Las invitadas (cuentos), Buenos Aires, Losada, 1961. Reeditado en Orión, 1979.
El cofre volante (cuentos infantiles), Buenos Aires, Estrada, 1974.
El tobogán (cuentos infantiles), Buenos Aires, Estrada, 1975.
El caballo alado (cuentos infantiles), Buenos Aires, De la flor, 1976.
La naranja maravillosa (cuentos infantiles), Buenos Aires, Sudamericana, 1977.
Canto escolar (cuentos infantiles), Buenos Aires, Fraterna, 1979.
Y así sucesivamente (cuentos), Barcelona, Tusquets, 1987.
Cornelia frente al espejo, Barcelona, Tusquets, 1988. Premio del Club de los 13.
Las reglas del secreto (antología), Fondo de Cultura Económica, 1991.
Las repeticiones(cuentos), Buenos Aires, Sudamericana, 2006. (publicación post mortem)
El vestido de terciopelo(cuento),Buenos Aires,Editorial Estrada S.A,2009
Poesía
Antología poética argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 1941.
Enumeración de la patria (poesía), Buenos Aires, Sur, 1942.
Espacios métricos (poesía), Buenos Aires, Sur, 1942. Premio Municipal.
Poemas de amor desesperado (poesía), Buenos Aires, Sudamericana,1949.
Los nombres (poesía), Buenos Aires, Emecé, 1953. Premio Nacional de Poesía.
Los sonetos del jardín (poesía), Buenos Aires, Sur, 1946.
Lo amargo por dulce (poesía), Buenos Aires, Emecé, 1962. Premio Nacional de Poesía.
Amarillo celeste (poesía), Buenos Aires, Losada, 1972.
Árboles de Buenos Aires (poesía), Buenos Aires, Crea, 1979.
Breve Santoral (poesía), Buenos Aires, Ediciones de arte Gaglione, 1985.
Novelas
Los que aman, odian, Buenos Aires, Emecé, 1946.(con Adolfo Bioy Casares)
La torre sin fin, Buenos Aires, Sudamericana, 2007 (post mortem)
Teatro
Los traidores (pieza teatral en verso), Buenos Aires, Losange, 1956 (con Juan Rodolfo Wilcock)
(fuente_ Wikipedia)
No hay comentarios:
Publicar un comentario