Verónica Volkow ha publicado varios libros de poesía: La Sibila de Cumas , México, Martín Pescador, 1974; Litoral de tinta , México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1979; El inicio , México, Municipio Popular de Juchitán, 1983; Los caminos, México, Ediciones Toledo, 1989. Arcanos , México, 1996, Colección Práctica Mortal. Oro del viento Editorial Era, 2003, libro ganador del Premio de Poesía Pellicer .
Escribió también Sudáfrica; diario de un viaje, México, Siglo XXI, 1988, una crónica sobre la vida cotidiana en el apartheid. En crítica de artes plásticas tiene La mordedura de la risa un estudio sobre la obra gráfica de Francisco Toledo en México, Editorial Aldus, 1995, por aparecer en el FCE.
Su último libro de narrativa es La noche viuda, FCE, 2004.
Es doctora en letras, profesora universitaria y ha sido tutora de la Fundación para las Letras Mexicanas. Actualmente becaria del sistema Nacional de creadores por tres años Recibió en 2005 el premio José Revueltas de Ensayo literario por el texto El retrato de Jorge Cuesta de próxima aparición en Siglo XXI.
POEMAS
JARDIN
Hay en mi jardín rosas que deshojan
un corazón abierto al descampado.
Así es la flor,
su desnudez es magia.
Le pido a la rosa me guarde,
en la fragilidad, secretos dones
y a la espina me otorgue la humildad
y sus manos precisas.
Pido un techo que no tape, que recuerde
al cielo
y una ciudad que es nueva siempre
porque no agota sus caminos,
y le pido al río su fluir,
su muerte en el instante
que también es vuelo.
Hay en mi jardín rosas que deshojan
un corazón abierto al descampado.
Así es la flor,
su desnudez es magia.
Le pido a la rosa me guarde,
en la fragilidad, secretos dones
y a la espina me otorgue la humildad
y sus manos precisas.
Pido un techo que no tape, que recuerde
al cielo
y una ciudad que es nueva siempre
porque no agota sus caminos,
y le pido al río su fluir,
su muerte en el instante
que también es vuelo.
Con mi vida escribo
la huella de una estrella,
un laberinto que encendida ando.
Sumergida en la sombra
mirada plena,
Hay un vuelo que abre
la luz en lo interno
un caminar sensible,
y cuidado
del corazón despierto.
EL INICIO
Estás desnudo
y tu suavidad es inmensa
tiemblas en mis dedos
tu respiración vuela adentro de tu cuerpo
eres
como un pájaro en mis manos
vulnerable
como sólo el deseo podría hacerte vulnerable
ese dolor tan suave con el que nos tocamos
esa entrega en la que conocemos
el abandono de las víctimas
el placer como una fauce
nos lame nos devora
y nuestros ojos se apagan
se pierden
Estás desnudo
y tu suavidad es inmensa
tiemblas en mis dedos
tu respiración vuela adentro de tu cuerpo
eres
como un pájaro en mis manos
vulnerable
como sólo el deseo podría hacerte vulnerable
ese dolor tan suave con el que nos tocamos
esa entrega en la que conocemos
el abandono de las víctimas
el placer como una fauce
nos lame nos devora
y nuestros ojos se apagan
se pierden
Pudor
Como un relámpago eres
desnudo
piel esquiva de un profundo fuego.
Desmedido capullo de alas
no puedo mirarte,
recién inventado el tigre está en ti,
un tigre en blanco.
Flor humana
con la poderosa belleza
de cada uno de los músculos.
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