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"Queremos que cada palabra ilumine tu rostro, roce tu alma, te eleves y echemos juntos a volar"




ROZANDO EL ALMA: GRUPO CASIOPEA LITERARIO


viernes, 30 de julio de 2010

LAS MIRADAS por GRACIELA ZECCA


“DURANTE BREVES MINUTOS ESTUVIMOS HACIENDO NADA MAS QUE ESO: MIRANDONOS”
                                                                  Gabriel García Márquez

Mis pasos se hacían ágiles, pero a la vez temerosos. Deseosa de llegar, cruzar ese inmenso salón y pasar imperceptible ante las miradas que estarían esperándome.
Bajo mis pies la madera crujía provocando el mismo sonido que producía el roce de mis dientes.
Un leve sudor frió comenzaba a invadir mi cuerpo. Ansiedad, nervios, estupor, cualquier apelativo estaría bien utilizado.
No era la primera vez, no, no lo era.
El último paso y cruzar el umbral para llegar al salón, donde la tenue música reinante no llegaba a tapar los fuertes latidos de mi corazón.
Alguien fue a mi encuentro y me tomó del brazo. Tan encerrada en mis pensamientos que no me percaté que me estaba anunciando al grupo reducido  de cinco personas sentadas en rueda en medio de la habitación.
Otro se acerco a mí, retiró la capa que cubría mi desnudez.
Me sentí frágil, vulnerable…
Siempre tenia la misma sensación, una y otra vez pasar por lo mismo.
Quiso sacar la máscara que tapaba mi rostro, mas no lo dejé. Esa era la condición, el único pedacito mío sin exhibirse.
Ahí lo vi a él, y él me miró. Nuestros ojos se fusionaron como otras tantas veces, “durante breves minutos estuvimos haciendo nada mas que eso: mirándonos”
Cuando una voz interrumpió ese lapso en que nos sentíamos unidos; todos los días jueves.

-Alumnos por favor, la modelo ya esta lista, ¡comiencen a dibujarla!

lunes, 19 de julio de 2010

VOLUNTADES por PATRICIA TORRES


El vino no fue el culpable. Podría asegurarlo.
El pensamiento era obstinado y daba vueltas sin tener en cuenta las consecuencias. Ella vestida de gasa y brillando en satén se paseaba ante sus ojos creyéndose intocable. Coqueteaba desde sus formas, sus colores, sus sonidos.
Provocaba deseos, desataba instintos, lo inducía al pecado, al crimen, al duelo. Todo lo desatable estaba desatado, él no deseaba controlarse, pero el vino no fue el culpable, el culpable fue el pensamiento, que lo indujo a otras copas y a tenerla entre sus brazos, entre sus besos, aunque ella no quisiera.

sábado, 17 de julio de 2010

Poema sin tìtulo por MABEL DÌAZ

El intersticio en la pared
juega al ajedrez con las sombras
el día avanza
me siento solo
mi única compañía
perdió la apuesta.

domingo, 11 de julio de 2010

Una mistura de poesias eroticas y de amor - POETISAS LATINOAMERICANAS- ESPAÑOLAS

SOBRE LOS DULCES CANSANCIOS
(Ana Milena Puerta, Colombia)
Hombre de la medida justa
para mis caderas,
recipiente de todos los temblores
de mi cuerpo,
madera antigua, de fino roble,
erecto.
Volcán de lava que me siembra
hacedor de los dulces cansancios,
la ondulación de mi vientre,
de mi piel estrecha y concreta.
Navégame, marinero alucinado,
navégame y viérteme luego
en tus manos.
Soy todos los frutos
y tú
todos los labios.
Bebámonos.


CONSEJOS DE AFRODITA
(Flor Alba Uribe, Colombia)
A la hora del amor llega desnudo,
desnudo y puro,
como quien vive su muerte y resucita.
BESA
hasta que sean de piedra tus labios
y tu lengua.
ACARICIA
hasta que palidezcan los tigres camorreros.
ENTRÉGATE
con la avidez del sediento en la taberna,
con fervor, con pavor,
no retrocedas.


Y en la batalla de labios y de huesos,
en la apretada urdimbre de dos cuerpos
baja cantando, como un minero iluminado,
para cavar muy hondo entre dos muslos.



EL INICIO
(Verónica Volkow, México)
Estás desnudo
y tu suavidad es inmensa
tiemblas en mis dedos
tu respiración vuela adentro de tu cuerpo


eres
como un pájaro en mis manos
vulnerable
como sólo el deseo podría hacerte vulnerable
ese dolor tan suave con el que nos tocamos
esa entrega en la que conocemos
el abandono de las víctimas


el placer como una fauce
nos lame nos devora
y nuestros ojos se apagan
se pierden


LA AMANTE
(Orietta Lozano, Colombia)
Soy la amante
que estrenas,
la nueva, la eterna,
la de muslos trigueños,
columnas seguras
que se abren perfectamente
para dar paso
a tu mar ancho y espeso.
Soy la de paralelas montañas,
erectas, duras,
por donde han caminado
pájaros heridos de amor.


Soy la amante nocturna,
la de noctámbulos besos,
( mis ojos, túneles profundos
donde se pierde la soledad).


Soy la de siempre, la eterna,
la que te arranca el hastío
de cada costado,
la que se tiende plácidamente,
la que se para,
la que te sorprende,
la que se quita las vestiduras
y se lava en tu río claro.
Soy la que te crucifica
con mis ojos, con mi lengua,
la que se pierde
en tu mirada lela,
la que infatigable
recorre tu cuerpo,
la que vibra con devoción
en tu silencioso mundo.
Soy ella, la eterna,
la antigua, la nueva,
la de siempre
la que se cierra
la que se abre
la de ambivalentes tardes.
Soy la que renace,
la que se abre
la que se cierra.

AQUÍ EN MI CUERPO
(Renata Durán, Colombia 1950)
Aquí en mi cuerpo
acabó de pasar el mediodía
y por mi piel respira un agua
atardecida.
Los labios están secos,
guardo en la lengua
los aromas.
Si acaso pusieras
tu mano
entre mis muslos
sabrías que estás vivo.
Saborearías mi sal.
Haríamos un pozo
en el tiempo,
y dejaríamos que el sol
nos madurara.


AMANTES
(Alejandra Pizarnik-Argentina)
una flor
no lejos de la noche
mi cuerpo mudo
se abre
a la delicada urgencia del rocío


NOCHE DE AMOR EN TRES CANTOS (OCASO)
(Julia de Burgos (Puerto Rico 1914 – 1953)
¡Cómo sueña mi alma la idea
de una noche completa en tus brazos
diluyéndome toda en caricias
mientras tú te me das extasiado!
¡Qué infinito el temblor de miradas
que vendrá en la emoción del abrazo,
y qué tierno el coloquio de besos
que tendré estremecida en tus labios!
¡Cómo sueño las horas azules
que me esperan tendida a tu lado,
sin más luz que la luz de tus ojos,
sin más lecho que aquél de tu abrazo!


¡Cómo siento mi amor floreciendo
en la mística voz de tu canto:
notas tristes y alegres y hondas
que unirán tu emoción a tu rapto!
¡Oh la noche regada de estrellas
que enviará desde todos sus astros
la más pura armonía de reflejos
como ofrenda nupcial a mi tálamo!


DEFINICIONES
(Gioconda Belli, Nicaragua)
Podríamos tener una discusión sobre el amor.
Yo te diría que amo la curiosa manera
en que tu cuerpo y mi cuerpo se conocen,
exploradores que renuevan
el más antiguo acto del conocimiento.


Diría que amo tu piel y que mi piel que te ama,
Que amo la escondida torre que
de repente se alza desafiante
y tiembla dentro de mí
buscando la mujer que anida
en lo más profundo de mi interior de hembra.


Diría también que amo tus ojos
que son limpios y que también me penetran
con vaho de ternura o de preguntas.


Diría que amo tu voz
sobre todo cuando decís poemas,
pero también cuando sonás serio,
tan preocupado por entender
este mundo tan ancho y tan ajeno.


Diría que amo encontrarte
y sentir dentro de mí
una mariposa presa
aleteándome ne el estómago
y muchas ganas de reírme
de la pura alegría de que existía y estás,
de saber que te gustan las nubes
y el aire frío de los bosques de Matagalpa.
Podríamos discutir si es serio esto que
te digo.
Si es una quemadura leve, de segundo, tercer
o primer grado.
Si hay o no que ponerle nombre a las cosas.
Yo sólo una simple frase afirmo
Te amo

PROPÓSITO
(Dina Posada- El Salvador)
Cuando la tarde me entregue
la noche
hincaré mi deseo
en la fibra que te hace temblar
Mi quemante
obsesión
se
escurrirá
en
el
caracol
de
tu
oreja


Seré la esencia de tus impulsos
la espuela
la gota que sofoca
la bocanada de ebrias ideas
el deterioro de tu mesura


Derritiendo la sombra
en rosario de besos discutidos
contigo inventaré trucos
para enlazar
sudor
saliva
sustancia


En el amplio muelle de mis piernas
anclará tu barco
sus inquietudes más escondidas


y ahí pernoctará
esperando cobijo y calor
y otra vez

ME LEVANTO DEL AGUA DE LA NOCHE...
(Renata Durán- Colombia)
Me levanto del agua de la noche
deseosa de ti.
Despedazada.


TE ESPERARÉ
(Ernestina de Champourcin- España)
Te esperaré apoyada en la curva del cielo
y todas las estrellas abrirán para verte
sus ojos conmovidos.


Te esperaré desnuda.
Seis túnicas de luz resbalando ante ti
deshojarán el ámbar moreno de mis hombros.


Nadie podrá mirarme sin que azote sus párpados
un látigo de niebla.
Sólo tú lograrás ceñir en tus pupilas
mi sien alucinada
y mis manos que ofrecen su cáliz entreabierto
a todo lo inasible.


Te esperaré encendida.
Mi antorcha despejando la noche de tus labios
libertará por fin tu esencia creadora.
¡Ven a fundirte en mí!
El agua de mis besos, ungiéndote, dirá
tu verdadero nombre.

USTED SE ME ESCAPA
(Almudena Guzmán-España)
Usted se me escapa en los pasillos como
un discóbolo impregnado de aceite.


Pero todo lo que habla es una mano enguantada
por mis medias.
(Desnuda, froto su voz contra las caderas de la sábana
para no dormirme tan triste).

RECORRIÉNDOTE
(Gioconda Belli.-Nicaragua)
Quiero morder tu carne,
salada y fuerte,
empezar por tus brazos hermosos
como ramas de ceibo,
seguir por ese pecho con el que sueñan mis sueños
ese pecho-cueva donde se esconde mi cabeza
hurgando la ternura,
ese pecho que suena a tambores y vida continuada.
Quedarme allí un rato largo
enredando mis manos
en ese bosquecito de arbustos que te crece
suave y negro bajo mi piel desnuda
seguir después hacia tu ombligo
hacia ese centro donde te empieza el cosquilleo,
irte besando, mordiendo,
hasta llegar allí
a ese lugarcito
-apretado y secreto-
que se alegra ante mi presencia
que se adelanta a recibirme
y viene a mí
en toda su dureza de macho enardecido.
Bajar luego a tus piernas
firmes como tus convicciones guerrilleras,
esas piernas donde tu estatura se asienta
con las que vienes a mí
con las que me sostienes,
las que enredas en la noche entre las mías
blandas y femeninas.
Besar tus pies, amor,
que tanto tienen aun que recorrer sin mí
y volver a escalarte
hasta apretar tu boca con la mía,
hasta llenarme toda de tu saliva y tu aliento
hasta que entres en mí
con la fuerza de la marea
y me invadas con tu ir y venir
de mar furioso
y quedemos los dos tendidos y sudados.
en la arena de las sábanas.

DELICTIA CARNIS
(Flor Alba Uribe- Colombia)
Voy por tu cuerpo
con la avidez
gozosa
de un lobo que demarca
su nuevo territorio,
preciso tu latido,
tu miel,
tu levadura,
el tacto que me brinda
paraísos contrarios.
-Tu piel,
con su fragancia
de tierra lloviznada,
transpira como un niño
que juega entre la niebla-.
Con manos
como olas,
con labios
como insectos,
con el abrasado viento
de mínimas palabras
me aferro
a tus costados,
deambulo
por tu cuerpo,
convoco en tus fronteras
el solapado fuego.
Y, así,v de toque a beso,
de humedad a silencio
te creces en ternura,
te viertes
en codicia,
aprendo de tus manos
mi resplandor más hondo,
y bebo
en tu saliva
mis sales y mi aroma.

EL ME AMA
(Susana Cerdà- Argentina)
El me ama. Me ama tanto que yo huelo la muerte en sus caricias, en su mirada veo el crimen, en cada gesto suyo: la absorción, el tironeo.
En el espectáculo de su amor la tierra gira a una velocidad que deforma mi cuerpo...
Succionada por su sed, yo: una gota de carne horizontal, que él se dispone a chupar, sin pudor alguno.
Espera con espasmos, con ira, con sollozos, el momento justo, enfocado, fatal, de abalanzarse sobre eso y penetrarlo. Enarbolar ese coágulo de vida, levantarlo como una ofrenda a su espejo.
Haga lo que haga, él ha decidido amarme, izarme en su soledad como una bandera santa, sangrienta. Ya me ha condecorado, condenado con su amor.
Cómo buscar en su cuerpo, si cada roce sería una profecía; sus extremidades como tentáculos traspasarían mis fronteras.
Caer en sus brazos: desbarrancarse por su avidez. Más que tomarme, atravesarme, hincarme en lo puntiagudo de su historia, clavarme en su cruz particular, hacerme la virgen madre de su santuario musculoso.
Devorar algo en mí que toda yo le represento, o sea, tenerme, hacerme suya, hacerme de él.
El, ser eso que soy.



EL MAR

(Carilda Oliver, Cuba)
Como en un lecho me tendí en el mar.
Hechizada por musgos y por linos
tuve acoso de brazos peregrinos
que me echaban las ondas al pasar.


Contra mi carne se batió el azar.
El agua -furia, vértigos y vinos-
se entretenía con los bordes finos
de mis caderas, blancas de esperar.


Entonces: grave, pálido, insereno,
llegaste como llega siempre el mar
y tu mirada me rompió este seno.


Ni Dios mismo nos pudo separar:
cuando una ola te volvía ajeno
entrabas en mis piernas con el mar.



(Alicia Delaval- Mexico)
Yo no sabia que amor iba a dolerme
como me esta doliendo;
que el sueño se pagaba
con moneda de miedo y de ignominia,
y puse en la caricia todo lo que amaba:
el mar, la rosa, el cielo, el verso, la alborada..
Yo no pensé que amor tenia puñales
para abrirnos la carne, la mente, el pensamiento,
y dejarnos desnudos aguardando el castigo
con las manos vacías y el corazón ajeno.
Creía que amor era una rosa sin espinas,
una estrella cercana para adornar el sueño,
un girasol siguiendo la redondez del astro,
una palabra mágica deletreada en los labios;
ánfora donde la vida había exprimido
sus espumosas mieles, sus intimas sustancias,
y no un licor oscuro que seduce la sangre
y la pierde en su cauce


Pensé que amor era el milagro
en donde la existencia tenia que realizarse,
sin círculos de hierro ni coronas de angustia
ciñéndonos las sienes
con el dolor entero que no puede borrarse.
Yo no sabía que amor iba a dolerme
como me esta doliendo...




Hablemos de amor
Ven,
mientras otros hablan de guerra,
tu y yo
hablemos de amor
No le tengamos miedo a las palabras
sexo, atracción, deseo,
a ese abismo que atrae hacia su sima
ebria de perdido litorales;
a esa cumbre
donde el hombre se hace dios


Mientras los demás hablan de guerra,
tu y yo
-como la primer pareja-
Hagamos el amor
Cantemos las mujeres un himno al amor y a la vida
con todo el egoísmo de madres, esposas, hermanas;
de novias, amantes o amigas;
luchemos
porque en la redoma del amor
los hombres olviden sus rencores,
por esa carne de cañón que ignora
porque el cielo se les cegó de pronto
si todavía era primavera.