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"Queremos que cada palabra ilumine tu rostro, roce tu alma, te eleves y echemos juntos a volar"




ROZANDO EL ALMA: GRUPO CASIOPEA LITERARIO


viernes, 28 de mayo de 2010

JUAN GELMAN


Este poeta excepcional nació en Buenos Aires —en el histórico barrio de Villa Crespo— en 1930. Su primera obra publicada, Violín y otras cuestiones, prologada entusiastamente por otro grande de la poesía, Raúl González Tuñon, recibió inmediatamente el elogio de la crítica. Considerado por muchos como uno de los más grandes poetas contemporáneos, su obra delata una ambiciosa búsqueda de un lenguaje trascendente, ya sea a través del "realismo crítico" y el intimismo, primeramente, y luego con la apertura hacia otras modalidades, la singularidad de un estilo, de una manera de ver el mundo, la conjugación de una aventura verbal que no descarta el compromiso social y político, como una forma de templar la poesía con las grandes cuestiones de nuestro tiempo. Fue obligado a un exilio de doce años por la violencia política estatal, que además le arrancó un hijo y a su nuera, embarazada, quienes pasaron a formar parte de la dolorosa multitud de "desaparecidos". En 1997 recibió el Premio Nacional de Poesía. Su obra ha sido traducida a diez idiomas. Reside actualmente en México, aunque "Volver, vuelvo todos los años, pero no para quedarme. La pregunta para mí no es por qué no vivo en la Argentina sino por qué vivo en México. Y la respuesta es muy simple: Porque estoy enamorado de mi mujer, eso es todo". Perdonando tamaño romanticismo, la ciudad de Buenos Aires lo honró recientemente con el título de ciudadano ilustre.
fuente: "Juan Gelman, Obra Poética" de Ediciones Corregidor, 1975
Entre sus obras:


Violín y otras cuestiones (1956)
Oración de un desocupado
El juego en que andamos (1959)
El juego en que andamos
Velorio del solo (1961)
Gotán (1956-1962, reeditado en 1996)
Mi Buenos Aires querido
Opiniones
Cólera Buey (1965, reditado en 1994)
Teoría sobre Daniela Roca (RealAudio)
Los que hicieron a Dios (RealAudio)
Los poemas de Sidney West (1969, reeditado en 1995)
Fábulas (1971)
Caras
Relaciones (1973)
Hechos (1974-1978)
Hechos
Preguntas (RealAudio)
Comentarios (1978-1979)
Notas (1979)
Notas I y II
Citas (1979)
Carta Abierta (1980)
Si dulcemente (1980)
Si dulcemente
Bajo la lluvia ajena (1980)
Hacia el Sur (1982)
Com/posiciones (1983-1984)
Eso (1983-1984)
Dibaxu (1983-1985, reeditado 1994)
Anunciaciones (1988)
Interrupciones I (1988)
Interrupciones II (1988)
El infierno verdadero (RealAudio)
Carta a mi madre (1989)
Salarios del impío (1984-1992)
La abierta oscuridad (1993)
Incompletamente (1997)
Crítica de La Nación
Debí decir te amo (antología personal) (1997)
Ni el flaco perdón de Diós (hijos de desaparecidos) (1997)
Prosa de prensa (1997)
Nueva prosa de prensa (1999)
Crítica de Clarín



Ausencia de amor
Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aireque ando que no ando.
Cómo será acostarme en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdoclavado, reclavado.
Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcementepedazo por pedazo.
Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.



Opiniones

Un hombre deseaba violentamente a una mujer,
a unas cuantas personas no les parecía bien,
un hombre deseaba locamente volar,
a unas cuantas personas les parecía mal,
un hombre deseaba ardientemente la Revolución
y contra la opinión de la gendarmería trepó sobre muros secos de lo debido,
abrió el pecho y sacándose los alrededores de su corazón,
agitaba violentamente a una mujer,
volaba locamente por el techo del mundo
y los pueblos ardían, las banderas.



La rueda

El arco o puente que va
de tu mano a la mía cuando
no se tocan, abre
una flor intermedia.
¿Qué toca, qué retoca, qué trastoca
ese vacío de las manos
solas en su fatiga?
Nace una flor, sí,
se agosta en mayo como una
equivocación de la lengua
que se equivoca , sí.
¿Por qué este horror?
En la página de nosotros mismos
tu cuerpo escribe.


La muchacha del balcón

La tarde bajaba por esa calle junto al puerto
Con paso lento, balanceándose, llena de olor,
Las viejas casas palidecen en tardes como ésta
Nunca es mayor su harapienta melancolía
Ni andan más tristes de paredes
En las profundas escaleras brillan fosforescencias como de mar
ojos muertos tal vez que miran a la tarde como si recordaran
eran las seis, una dulzura detenía a los desconocidos,
una dulzura como de labios de la tarde, carnal, carnal,
los rostros se ponen suaves en tardes como ésta,
arden con una especie de niñez
contra la oscuridad, el vaho de los dancing
Esa dulzura era como si cada uno recordara a una mujer
Sus muslos abrazados, la cabeza en su vientre,
El silencio de los desconocidos
Era un oleaje en medio de la cama
Con rodillas y rostros de ternura chocando
Contra el "New Inn", las puertas, los umbrales de color abandon
Hasta que la muchacha se asomó al balcón
de pie sobre la tarde íntima como su cuarto con la cama deshecha
donde todos creyeron haberla amado alguna vez
antes de que viniera el olvido.

domingo, 16 de mayo de 2010

DINA POSADA - Reseña Biográfica y algunos de sus poemas eróticos.

Dina Posada nació en El Salvador en 1946. Estudió periodismo y psicología. Trabajó en el diario La Prensa Gráfica de El Salvador. Libros: Hilos de la noche, 1993 y Fuego sobre el madero, 1996. Es cofundadora y directora editorial del portal Palabra Virtual (Antología de la poesía Hispanoamericana). Su poesía, ampliamente comentada y parcialmente traducida al inglés, francés, sueco e italiano, reúne ensayos críticos, artículos y conferencias publicados en España, Suecia, Italia, Francia, Canadá, Estados Unidos, México, Perú, Centro América y Panamá. Aparece en diversas antologías, entre ellas: Mujeres en la literatura salvadoreña, 1997; Voces sin fronteras, 1999; Voces Nuevas, 2000; Mujer, desnudez y palabras, 2002; Poésie salvadorienne du XX siècle, 2002; Stigar/Senderos, 2003; El monte de las delicias, 2004; Trilogía poética de las mujeres en Hispanoamérica, Pícaras, místicas y rebeldes, 2004; Mujer, cuerpo y palabra 2004; Poetas en blanco y negro, 2006. Al decir de Jorge Carrol, “… a Dina Posada le es dado concebir vivencias necesarias a los días futuros. Ella condiciona las leyes primordiales de la situación humana hasta sus últimas consecuencias. Es dueña de infinitos matices y posee, en consecuencia, por entero, la verdad y el error. Dina, como lo demostró en Fuego sobre el madero, construye su poesía sobre la revisión de sus días, sobre su pasado y su futuro, sobre la superación de cada una de sus palabras, quizá para poder decir: "el poema es siempre punto de referencia y de exigencia con relación a las formas de la conducta." En su poesía, el lenguaje es el más eficaz de sus instrumentos y sus formas más evolucionadas, son consecuentes de la libertad y de la conjunción solidaria de su voluntad de ser Dina. El poema es siempre para Dina Posada un punto de referencia y de exigencia. Por tanto, el poema se ofrece vivo a la torva desnudez que cada uno de nosotros acepta. Como hecho poético, no queda supeditado a la capacidad de percepción de quiénes somos sus patéticos testigos. Dina nos tiende la mano más allá de la obsecuencia y la amistad, ella que ha plantado un árbol como una mirada, y que bajo su sombra ve a este puto y maravilloso mundo que vivimos y destruimos e inventamos día tras día y noche tras noche…”

PLEGARIA AL ORGASMO


Ajeno a mis pensamientos
huiste a un casto silencio
Hoy
que sedienta mi sangre te busca
ni a golpes ni a ruegos                             
te insinúas
enajenado prosigues
riguroso y oprimido y largamente oscuro
como pasillo de convento desolado

ángel de dura delicia
apático orgasmo rebelde
erizado temblor
pólvora vulnerable
regresa a mí
y aniquílame

ORGASMO I

Nerviosa la hora parpadea
ante el tiempo que se ahorca
me rodea me cava me lame
una dicha sin tamaño ni fondo
mis dedos agonizando
en tus costados
se pierden con el mundo
en un suspiro

ORGASMO III

Se calla la luz
el sonido se apaga
el aleteo de un grito
deja caer sus plumas
en nuestro lecho
tus ojos desplomándose
sobre mi cuerpo vencido
me están escoltando al delirio

Climaterio


Pronto se romperá la cadencia
que sostienen mis días lunares
encanecerán mis venas
mi talle tendrá voz
de verano acabado
cálidos destellos
llevarán el paso a mis horas
—no agobies el gesto
mi universo rebasa
los límites de mi cuerpo—

Despéñate en el tiempo
que me bebe
muerde esta vida
que me corre sin freno
reparte tus dedos
en la plenitud de mi tacto

La lumbre de mi lento atardecer
será faro de recios brazos
en las arrugas de tu aliento



Exploradoras


Tus manos
siempre encuentran en mi piel
una senda inexplorada
para zarpar con rabiosa gana                 
a la apetecida boca
del relámpago carnal

tus manos
saben evadir la rutina
cuando las pienso
se humedece mi memoria
e impaciente las aguardo

Beso I


La idea más gustada
se esconde
detrás de mis labios
para que tu lengua
le dé alcance
alzando la confusa sensación
de una alianza recién abierta



CINTA ABISMAL


Es tu lengua
acierto de vigilia
dejándose llevar
por el lascivo
inquieto
travieso
viento moreno
de mis muslos

Hebra de agua tibia
descubriendo
mis pechos despiertos
piruetea con la gana
que el espejo refleja
en una marejada
de pulsos agitados

Lápiz de filo diligente
perfilando mi abertura
que se explaya
enardece
y grita
soltando su vena
salpicando los sentidos

Voluntad de labios
sometiendo
labios a su voluntad

Anzuelo que pesca
sujeta
y
vuela
con mi carne
al punto preciso
donde el resuello
dice
que termina
y
la quietud
clama
por nacer

domingo, 9 de mayo de 2010

AMORES DE BOLSILLO por PATRICIA TORRES


Caminaba sola, entre los otros.
Nos enfrentábamos tocándonos los codos y chocándonos las carteras. Sin vernos. En contacto con una soledad de gente amontonada y de miradas lejanas.
No sé si te vi o si te imaginé, pero desde ese instante tuve miedo de que no estuvieras. Añoré momentos para compartir, café de a dos interrumpido por besos y volví a tener miedo a perderte o a no encontrarte. Como si una despedida obligada nos separara desde siempre, desde antes, como si el tiempo o la vida hubiesen pactado y dispuesto que no nos cruzáramos.
Me empeciné en buscarte entre la gente que no se percataba de mi presencia, hasta que al fin supe que eras vos y que no quería comenzar nada con un alejamiento, aunque fuese inevitable.
Todo tuvo sabor a encuentro, intenso, macizo, para siempre.
Duraría muy poco, pero igual sería para siempre.
Guardé a ese amor en el bolsillo de mi campera para que me acompañe a todas partes.
Recuerdo que desde un principio nos supe despidiéndonos, frágiles, con los dedos doloridos y las caricias muertas, pero juntos. Unidos en este adiós que nos cuesta tanto y que nos mezcla con la soledad de la gente, que sólo es feliz cuando mira para adentro y encuentra a alguien que estuvo, que no termina de irse porque quedó amarrado con las uñas al ruedo de los pantalones y porque sostiene en los labios los despojos de un beso viejo que se niega a ponerse rancio, a pesar del tiempo transcurrido desde aquella despedida que el oráculo presagiara por capricho y muy a pesar nuestro.